miércoles, 16 de noviembre de 2011

La cajita de remedios

A veces siento como que la vida moderna es mirar adentro de una cajita de cartón, como las de remedios, que tiene abierto del otro lado. Osea sin ninguna de las tapas laterales. Un tubo rectangular, póngale. Donde se ve nada más que lo que se ve, y donde uno puede apuntarlo a donde te asegura todo el mundo que hay que mirar. Alguien se enojó con Moria, creo, y empezó el Gran Hermano. Un edificio se desmorona, y toda la masa crítica presta atención al error. Un autobomba es arrollado por un auto donde viajaban unos colombiano, que "parece" que cheteaban casas.Voy a poner mi cajita, para mirar a mis amigos, a mi familia, y voy a hacer mucha fuerza para no llenarme de tristeza tantas veces, cada vez que prenda la televisión. Voy a hacerlos reir con lo que pueda. Voy a reencontrarme con amigos viejos, y voy a hacer polenta a pesar de los 34 grados.

lunes, 7 de noviembre de 2011

La soledad como opción única equivale a la inhalación sin pausas. No hay pulmones que lo soporten. A su vez, estar ininterrumpidamente con otros sería como exhalar sin tope, imposible sin perecer. Más allá de la soledad disfuncional, provocada por una pérdida, abandono, exclusión; hay una soledad necesaria, que nos permite ir al encuentro de otro con integridad y centrados en nuestro eje. Desde allí caminamos a la par, no hacemos del otro una prótesis, no nos adherimos a él como hiedras, no somos vampiros de su ser, no nos colgamos de sus ropas. Y, atentos y enfocados, no dejaremos que el otro haga eso con nosotros.