viernes, 6 de enero de 2012

Tantos mundos en uno solo... Veo a la gente caminando por la calle, solo eso veo, pero, ¿cuantas otras cosas estarán pasando, en qué pensarán?
Caminar parece también una forma de ejercitar la cabeza, lo hace a uno pensar, en algo del día, de todos los días o de algún día en particular... Miles de influencias externas que se perciben y activan la memoria emotiva. Una sola canción en el equipo de música de un auto, una pareja tomada de la mano, una simple mancha en el suelo.
Como estando cada uno en su universo paralelo, aún así, hay espacio para que dos desconocidos intercambien en una pasada, miradas tan intensas como desprevenidas, momento que recordarán siempre, esa conección TAN PURA.
Algo tan simple, en el momento menos pensado puede hacernos sentir especiales, incluso contando con la imposibilidad de volver a ver esos ojos. Quizá nos deja marcados porque no deja de ser un momento fugaz, imposible de repetirse...