miércoles, 24 de abril de 2013

Siempre le tuve un respeto muy grande a las personas que preparan sin dedicación su frase final, me dan pena aquellos a los que la muerte los agarra por sorpresa, Martin Luther King por ejemplo, correspondiéndoles a un amigo que le recomendaba llevar un abrigo porque estaba fresco, le dijo "está bien,a ahora me pongo algo" y lo mataron de un tiro con esa idiotez en la boca, MLK dijo "esta bien, ahora me pongo algo". o el pobre Einstein que seguramente dijo algo maravilloso, sublime, revelador, sin saber que la enfermera que lo estaba cuidando, no sabia alemán. Da Vinci, que sabia y conocía de sobra, que era el hombre mas importante de su época, se fue con un gesto falsa modestia "he ofendido a dios porque mi trabajo no tuvo la calidad suficiente". María Antoñeta, en cambio, como a mi me gustaría hizo un chiste, "disculpe lo he pisado", dijo al verdugo que un segundo después la iba a guillotinar. Manolete un torero de españa fue gracioso, un toro lo cuerneo en el hígado y el dijo "que disgusto le voy a dar a mi madre". Pero la mas graciosa fue la de Balzac, sabiendo que era el escritor mas prolífico de la historia, el que mas escribió en el mundo, miro el reloj y dijo, "la pucha, ocho horas con fiebre, me hubiera dado tiempo de escribir un libro"

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