domingo, 19 de agosto de 2012

Si pudieramos pararnos a oir crecer los arboles, a intuir el aleteo de las mariposas. Asombrarnos con los pequeños milagros de la vida. Compañero, es que pasamos de largo, casi siempre... Si pudieramos amarnos sin violencia, lentamente, abrirnos al sol del nuevo hijo sin pensar si nos alcalza el bolsillo, cuando nos debería bastar la vida para hacer la vida. Si pudieramos estar poro a poro y con todos los sentidos latiendo en cada estambre, en cada pétalo, en cada explocion vital, aún en la más mínima, vivir desde cada célula, intensamente pero en paz. Oler a rocío por las noches, y a sol por las mañanas, y despertar sin que el martillo de los días intente clavarnos un número en la espalda. Si pudieramos vivir, ROMPER LAS CADENAS...

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